Es una sencillez. Así como dura la calabaza, siempre que la recuerdas, dura el instinto. En los papeles. Tiene tu sangre y signo y también te adivina la capital. Sobre tu cara logró caer la nieve. Viste cómo volteaban el cordero: esas virtudes. A media noche. Angel que quiere presentarse, abusar de su muerte, ponerle precio a su cabeza. Mientras Melancolía Involutiva logra abusar, cuatro antes de las cuatro. Es una sencillez. Así como dura tu paraíso, siempre que lo recuerdas, mi muerte dura.
Yo pienso en libros, en overdues, mientras anuncian la “noche más fría del año”. Un beso en el sueño, en la contemplación aérea de tus ojos -hechos para mirarme, para ver en ellos mi nariz-, me salva un veintiuno de diciembre. Un pez ha saltado en la bahía, una estrella ha caído. Hoy para ti yo pido paz, tranquilidad, turrón de Alicante. Con “un grito sencillo”, voy del cuerpo a su luz, del polvo al oro. Te beso en el sueño y en la muerte.
ENTREVISTADO: Cuando inventé por fin el supositorio de chocolate y me hice famoso y Madonna comía de mi mano, faltó esta sola cosa: amor de un día, tropezar en el metro con su madre. En Alemania iba a surgir un imitador, el que inventó el de menta, pero su nombre difícil de pronunciar y la pornografía infantil le mantuvieron las manos atadas. Cuando los hago, cuando pongo el Secreto a la receta, pienso en el metro, en la redonda cara de su madre. ENTREVISTADOR: ¿Qué más nos tienes que decir acerca de este novedoso producto? Por cierto, recuerda que estamos en el horario de nueve a diez. Tu manejo de la imagen como tal es sencillamente impresionante, pero viniste a promover tu nuevo producto –en este caso, el supositorio de chocolate. La audiencia podría pensar que eres un poeta, no un vendedor. ENTREVISTADO: Ok. Volviendo al “producto”, como llamas a esta medicinal pieza de arte: el supositorio de chocolate es el único remedio actual que combate desde su base la malancolía involutiva y la paranoia del fin del mundo. ENTREVISTADOR: ¿Dónde podemos encontrarlo? ENTREVISTADO: La cara de su madre, por poner un ejemplo de duración, era el reflejo de las almas. No fui capaz de decirle: “Ya soy rico”. La felicidad de estar en un pueblo lleno de lomas me hizo extraviar lo que llamo, con presunción, la “otra vuelta de tuerca”... No debe usarse por vía oral. Puede comprarse en Lily’s Records.
Siempre ocurre. Estaba a punto de describir tu pollo en salsa, levantando tu delicado corazón sobre las lomas de Río y de Granada. Pocos segundos antes del 2012. De veras ocurre. Como yo sólo podría hacerlo, aun describirlo: mirando las cosas.
Y yo quería luz de luna. Hacer menos canciones en la mente, más en la luna. Llamar al viento acompañado. Me gustaba Jerónima pero a mi cuerpo el suyo no, al suyo el mío no. Estar en líos, cuando recuerda el lío del nacimiento, las flores lilas del pasado, deja en la boca este sabor sin nombre. Que no es simple. Que no es poderoso. Que no es enumeraciones imperfectas. Era hermosa. No pudo verme. Y yo quería luz de luna.
ENTREVISTADOR: Hoy nos acompaña el afamado director de cine porno Larry González, quien ha venido a hablarnos de su nueva película, Agua eres y al agua volverás, un filme que está causando sensación entre los amantes del género y que desde ya recomendamos por su profundidad. Te damos las buenas noches, Larry, y agradecemos que te hayas tomado el trabajo de darte un saltico hasta la Costa Atlántica para conversar con nosotros. LARRY GONZALEZ: Gracias a ti por invitarme; ciertamente estaba deseoso de ser entrevistado por alguien tan inteligente; a veces hay que recorrer miles de millas para encontrar a alguien así. ENTREVISTADOR: Gracias, sin duda exageras... Primero que todo queremos saber desde cuándo empezaste con el porno gay subacuático, cómo te vino esta brillante idea. LARRY GONZALEZ: Me gustaría aclarar que en realidad lo llamo porno subacuático gay. ENTREVISTADOR: Indudablemente suena mejor... LARRY GONZALEZ: Antes de hablar de los orígenes de la (digámoslo sin falsa modestia) gran idea que tuve, tan grande que han surgido ya al menos siete imitadores reconocidos, quiero compartir una confesión que a un tiempo será íntima y general, ya que las cosas que le suceden a un hombre le suceden a todos sin excepción. ENTREVISTADOR: No exageraría diciendo que tanto yo como la teleaudiencia nos morimos de curiosidad ahora mismo. En mi caso, siendo una especie de dios menor, ya que tengo siempre el guión a mano, la sorpresa es más grande aún. ¿Y de qué se trata, estimado Larry González, tu confesión? LARRY GONZALEZ: Soy gay. (Continuará)
Tengo un Herbolario propio. Hace maldades tan sanas que los culos de las ranas parece que fuman opio. Frutas selectas acopio y se vuelve catador. La alegría del dolor se comparte con los primos y nunca nos lo decimos y se mantiene el amor.