A fish for Lola, Erica and Francine
El laboratorista, cuya emoción frente al reconocimiento mundial llegaban a disfrutar hasta sus bichos, simplemente quebró. Así describe Xenia una verdad. Y añade que los bichos se han quedado sin guía y fundamento y no saben desde qué mundo lanzarse. Ni a qué hora. Se parece, sólo como impresión, aún no lo pienso bien, a escribir en la arena las faltas de tu amigo, una recomendación matemática, y también a la incertidumbre del 2012, más grande y eficaz que los laboratorios.
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