¿Quieres Quedarte?
Armo una casa de palabras, tapo los agujeros que filtran el vacío. Fui más feliz soñando. Por las ciudades del intento, high sin nada, seguí muchas veces al bicho luminoso, guía sin más destino que guiar. Me queda memoria de ese mundo. Se esconde debajo de la pena, de la maraña actual, del recuerdo incesante de tu boquita. Allí también crece la campana –aunque no existe-, no se tropieza con los objetos ni con la historia. No es extraño escuchar: “¿Quieres quedarte?” Frente a la tentación sin cuerpo, el hombre aprende algo de sí -salidas que podría, sin lío, usar en la tierra. Un día el corazón me dolerá por última vez. Este espera por éste. Necesita su nombre de regreso, aclarar los detalles de la misión, considerar lo de la séptima puerta. Si voy, si abren, si miran bien mi cara, entenderán lo que difícilmente logro explicar en vida. Armo una casa mientras espero su destrucción. Dejo señales.