Una Vez Dentro
Caía el cubierto desde la altura, por el cielo infinito, arriba de una muela. Cuando los pájaros realmente se van (ocurre a menudo), se agarran de esta línea, se convierten en luz de plata, no sé por qué. (...) Dedico esta lluvia a las ex-federadas, ex-jefas de bloque; también la dedico a Pete Rose, en su martirio. Contigo di mil vueltas, contigo busqué la dirección. Soy el fantasma de un solo ojo. Evo Morales. Soy la amenaza. Nuestra iglesia, nuestro vaso, nuestro desaire físico, nuestro elemento. Dedico esta muerte a las ex-cavadoras: muerte por agua. (...) Ella leía las Advertencias del Cirujano General. Su piel era suave. Sobre su cara jugaban la sombra y la luz. Tendidos en la hierba, con ese calor, hablábamos de morir. Pero era estilo, era la sangre que se contiene. Ella observaba o leía, me regalaba Uno (estable), abandonaba el Jardín de Nuestro Señor. (...) Un mantenido, un príncipe, una lista de agradecimientos. Sobrevive hasta julio, siendo albacea de tu legado, y llega a una playa desconocida. Un buscador, una imaginación. Y regala los cocos, la existencia, y recoge al Elefante de Asia. (...) Arregla el daño visible de un Buick. Si fuese esclavo del mundo, en este sueño lo sabría la gente del mundo. Tiene reparación, metido en un Buick: se hace un lugar entre los planetas (...) Una vez dentro, el mate domina la situación. Al corazón le dice: “Estoy caliente”. Valor en la hora fula, una vez dentro, anima el Centro de Decisiones. Si pasa el tren o me señala un pájaro azul, cagándome, al corazón le digo: “Estoy caliente”.
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